jueves, junio 18, 2009

Sobre la Comunidad Europea y el tratado de Lisboa

¿Europa en manos de la elite de banqueros?

Para algunos, el documental zeitgeist(*) nos resultó un balde de agua fria que mostraba que el verdadero poder mundial no son los estados sino una elite encabezada por la banca internacional, que x ejemplo fabrica los dolares en eeuu y se los presta al estado con intereses!. Los planes de este grupo, segun el docu, son tan siniestros como ir reduciendo el poder de los gobiernos para irlos reemplazandolos por gobiernos regionales organizados por ellos como el caso de la Unión Europea, y así ir avanzando hasta llegar a un solo gobierno mundial. Para lograr sus objetivos, organizan atentados a gran escala, y con la gente aterrorizada, logran consenso para avanzar en sus planes.¿Ficción? Parece que no.

Esta es una entrevista hecha a un flaco cualquiera que empezó a analizar en su blog los tratados europeos, que nadie los leia por ser muy complicados, y se hizo muy conocido por explicarlos con claridad
En la entrevista muestra como avanza el plan de los banqueros internacionales, quitandole poder a los estados, habiendo ya logrado que la moneda sea fabricada por ellos (!!!) y una serie de medidas que son increibles. Es un poco largo pero vale la pena echarle un vistazo. Alguna partes las resalté.

Un «minitratado» de… 1300 paginas
Etienne Chouard: «los tratados europeos sirven los intereses de quienes los escriben»
por Silvia Cattori*

Durante el año 2005, un francés común y corriente, Etienne Chouard, profesor del instituto de enseñanza media superior Marcel Pagnol –en Marsella– presentó en su blog sus análisis personales sobre el proyecto de Tratado Constitucional europeo. Durante la campaña que antecedió al referéndum convocado en Francia, su sitio web se hizo verdaderamente popular, convirtiéndose en uno de más los consultados de toda Francia. En contraste con los nebulosos discursos oficiales, la claridad de sus argumentos despertó el interés de un amplio sector del público que considera que «lo que bien se concibe, se anuncia claramente». Silvia Cattori conversa con este ciudadano ejemplar, que vuelve a la escena política en ocasión de la firma del minitratado europeo. Etienne Chouard habla de su trayectoria personal y describe su visión de instituciones que, a su entender, no corresponden a su verdadera naturaleza.
Silvia Cattori: Al consultar su sitio en Internet uno se da cuenta de que en 2004 usted era favorable al Tratado Constitucional europeo, pero que después de haber estudiado su contenido usted cambió radicalmente de opinión. ¿Pudiera resumirnos las razones de ese cambio?

Etienne Chouard: Mi trayectoria es la de una persona que confiaba en los políticos. Yo no me dedicaba a la política. Cuando empecé a comprender en qué se habían convertido las instituciones europeas, aquello representó para mí una enorme decepción. Me di cuenta que los hombres que están en el poder estaban delimitando ellos mismos hasta donde podía llegar su propio poder, con límites prácticamente inexistentes, y que eso se estaba haciendo de forma tal que no pudiésemos entender nada.

En el seno de las instituciones europeas, ya ninguno de las actuantes es responsable de sus propios actos ante los ciudadanos. Existen algunas apariencias de responsabilidad, pero son falsas, engañosas. Pero lo principal es que el Parlamento no cuenta para nada dentro de las instituciones: no cuenta con la iniciativa para elaborar leyes, el Parlamento solamente participa en la elaboración de las leyes bajo la tutela (¿o la vigilancia?) del Consejo de Ministros, que se ha elevado a sí mismo a la categoría de colegislador ignorando así la más elemental e indispensable separación de poderes, ¡en todos los aspectos, además! En efecto, hay aspectos que están sometidos a lo que se ha dado en llamar «procedimientos legislativos especiales», se trata de unos veinte y no aparecen en lista alguna, y sobre los cuales el Consejo de Ministros decide sólo, sin el Parlamento. ¿Usted sabía eso?

Resulta impresionante ver el número de instituciones europeas no electas que disponen de un poder importante y mal controlado. El Banco Central Europeo tampoco le rinde cuentas a nadie. Resulta extravagante la manera como se describe eso. Se ve claramente, se ve por todos lados, que son los ministros los que escribieron esas reglas, haciéndolas a la medida para sí mismos.

Cuando se analiza bien, nos damos cuenta incluso de que esas instituciones han sido concebidas más en interés de los bancos y las multinacionales que en interés general. Uno no puede menos que preguntarse por qué.

Al leer el libro de Jean-Pierre Chevenement, uno descubre que Jean Monet, ese icono, ese símbolo de Europa, al que los «adoradores de Europa» consideran casi como un santo, era un banquero francés que vivía en Estados Unidos y que se impregnó de los valores de ese país. En realidad, él concibió y construyó la Unión Europea para debilitar a Europa, para impedir que las soberanías populares se reconstruyesen después de la guerra. ¡El mismo lo escribe! ¡Es vergonzoso!

Cuando se analizan en detalle los tratados europeos, vemos que se parecen a esa visión de Monet: son instituciones que permiten que las multinacionales escriban las leyes y que prohíben a los parlamentos y a los pueblos oponerse a ellas. Es un régimen intolerable, pero Monet y sus seguidores nos lo impusieron mediante una serie de tratados, desde hace 50 años y sin que el pueblo haya tenido nunca realmente la oportunidad de pronunciarse.

Hubo un simulacro de debate sobre Maastricht. Recuerdo que, en aquel entonces, no se habló en lo absoluto de las instituciones. Se hablo de la moneda, es cierto. Pero ni siquiera se mencionó lo más importante en el plano monetario. No se nos dijo nada, por ejemplo, de la entrega total de la creación monetaria a los bancos privados (artículo 104), a pesar de que eso constituye un verdadero escándalo, principal motivo de la deuda pública que asfixia a nuestros Estados e importante causa del desempleo endémico que asfixia nuestras economías.

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